cuento de 2009 “Déjate los aretes, me recuerdan a tu madre. Son los mismos que traía, el mismo color, un poco menos brillante, en la misma juventud se posan, con la misma forma de semicírculo”, me dijo mi padre el día de mi boda. Ejemplo de vida fue su amor por mi madre, Kiara Dolly, convertida en Kiara de Casseignau el veinte de Noviembre, de un año, de una época pasada. “Me gusta la forma particular con que iluminas tu derredor”, fue la frase con que ella cedió, sus muros cayeron, ella cayó, sobre los brazos de Seoane, Seoane Casseignau. Los días suben y caen, se suman y se van. Son como las hojas de este otoño, presas del viento, desvaneciéndose en la distancia y el olvido, como un amigo que parte en un viaje. Noviembre inicia entre los remansos de un viento que se escurre por las calles, entrando por piernas y árboles, entre cabellos y ramas, desarreglando el follaje, peinando las cabezas, o despeinando a las mujeres sin velo ni sombrero. Se acerca el an...