miércoles, 14 de diciembre de 2016

La década perdida (cuento de Scott Fitzgerald; 1939)


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Personas de todo tipo entraban en la redacción del semanario y Orrison Brown mantenía toda clase de relaciones con ellas. Cuando acababa el horario de oficina era «uno de los redactores-jefe», pero durante el trabajo sólo era un hombre de pelo rizado que hacía un año había sido director del Jack-O-Lantern de Dartmouth y ahora se contentaba con asumir las tareas menos deseables de la redacción: desde corregir originales ilegibles a desempeñar las funciones de un botones sin serlo.
Había visto a aquel individuo entrar en el despacho del director: un individuo pálido y alto, de unos cuarenta años, con el pelo rubio impecablemente peinado, y ademanes que no eran ni huraños ni tímidos, ni sobrenaturales como los de un monje, pero que tenían algo de las tres cosas. El nombre que aparecía en su tarjeta, Louis Trimble, le traía vagos recuerdos, pero, al no encontrar un punto de referencia, Orrison se despreocupó, hasta que un timbre sonó en su escritorio y, por experiencias anteriores, adivinó que el señor Trimble iba a ser el primer plato del almuerzo del día.
—El señor Trimble… El señor Brown —dijo la fuente del dinero de todos los almuerzos—. Orrison, el señor Trimble ha estado ausente mucho tiempo. O por lo menos a él le parece que ha sido mucho tiempo: casi doce años. Mucha gente se consideraría afortunada si hubiera perdido la última década.
—Así es —dijo Orrison.
—Hoy no tengo tiempo ni para comer —continuó el jefe—. Llévalo a Voisin, o al Veintiuno o a donde quiera. El señor Trimble cree que se ha perdido muchas cosas.
Trimble objetó educadamente:
—Bueno, me las puedo arreglar.
—Lo sé, camarada. Nadie conocía esta ciudad como tú. Y si Brown se empeña en explicarte los carros sin caballo, me lo mandas inmediatamente. Y a las cuatro te vienes para acá, ¿de acuerdo?
Orrison cogió el sombrero.
—¿Ha estado fuera diez años? —preguntó mientras bajaban en el ascensor.
—Estaban empezando a construir el Empire State Building —dijo Trimble—. ¿En qué año fue?
—En 1928, poco más o menos. Pero, como ha dicho el jefe, ha tenido la suerte inmensa de perderse muchas cosas —y, como sondeándolo, añadió—: Seguramente usted tenía cosas más interesantes que ver.
—Creo que no.
Llegaron a la calle y, por la manera en que Trimble contrajo la cara ante el fragor del tráfico, Orrison hizo otra conjetura.
—¿Ha vivido lejos de la civilización?
—En cierto sentido —las palabras fueron pronunciadas de una manera tan comedida, que Orrison llegó a la conclusión de que aquel hombre sólo hablaría si se lo pedían, y al mismo tiempo se preguntó si habría pasado los años treinta en la cárcel o el manicomio.
—Éste es el célebre Veintiuno —dijo—. ¿Prefiere comer en otro sitio?
Trimble guardó silencio unos segundos, mientras miraba con atención el edificio de piedra caliza roja.
—Recuerdo cuando el nombre del Veintiuno empezó a hacerse famoso —dijo—, más o menos el mismo año que el Moriarity —inmediatamente continuó casi en tono de excusa—: Pensaba que pasearíamos un rato por la Quinta Avenida y comeríamos donde nos apeteciera: en algún sitio donde pudiéramos ver gente joven.
Orrison le echó una mirada rápida y volvió a pensar en rejas y muros grises y más rejas; se preguntaba si entre sus deberes se incluiría presentarle al señor Trimble chicas complacientes. Pero al señor Trimble no parecía habérsele ocurrido semejante posibilidad: tenía una expresión de absoluta y profunda curiosidad, y Orrison trató de relacionar su nombre con la expedición perdida en el Polo Sur del almirante Byrd o con los aviadores desaparecidos en la jungla brasileña. Era, o había sido, todo un personaje: era evidente. Pero la única pista definitiva para averiguar su procedencia —y a Orrison aquella pista poco le decía— era que, como hombre de ciudad, respetaba los semáforos y prefería ir por la acera y no por mitad de la calle. De pronto se paró a mirar el escaparate de una camisería.
—Corbatas de crespón —dijo—. No veía corbatas así desde que dejé la universidad.
—¿Dónde estudió?
—En el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
—Magnífico sitio.
—La semana que viene iré a hacerle una visita. Podemos comer algo en algún sitio de por aquí… —habían pasado la calle 50—. Elija usted.
Había un buen restaurante con una pequeña marquesina a la vuelta de la esquina.
—¿Qué prefiere ver? —preguntó Orrison cuando se sentaron.
Trimble se quedo pensativo un instante.
—Bueno… La nuca de la gente —sugirió—. El cuello… Cómo la cabeza se une al cuerpo. Me gustaría oír qué le están diciendo a su padre aquellas dos chicas. No exactamente lo que están diciendo, sino sólo si las palabras flotan o se hunden, y cómo se cierran sus labios cuando acaban de hablar. Sólo es una cuestión de ritmo: Colé Porter volvió a Estados Unidos en 1928 porque intuyó que había nuevos ritmos en el ambiente.
Orrison creyó haber encontrado por fin una pista segura, y, con amable delicadeza, no siguió por aquel camino ni un milímetro, incluso reprimió un repentino deseo de decirle que había un buen concierto en el Carnegie Hall aquella noche.
—El peso de las cucharas —dijo Trimble—, tan liviano. Un cuenco pequeño pegado a un mango. El ligero estrabismo de ese camarero. Lo conozco desde hace mucho tiempo, pero seguro que no se acuerda de mí.
Pero, al irse del restaurante, el camarero miró a Trimble como si dudara, como si estuviera a punto de reconocerlo. Cuando salieron a la calle, Orrison se echó a reír:
—Diez años bastan para olvidar.
—Estuve aquí en mayo —Trimble se interrumpió bruscamente.
Orrison llegó a la conclusión de que todo aquello era un poco descabellado, y de repente decidió convertirse en una especie de guía.
—Desde aquí puede ver el Rockefeller Center —señaló animosamente— y el edificio Chrysler y el Armistead, el padre de todos los nuevos edificios.
—El edificio Armistead —Trimble miró hacia aquella zona, obediente—. Sí, lo proyecté yo.
Orrison negó con la cabeza y sonrió. Estaba acostumbrado a tratar con toda clase de gente. Pero la broma de que había comido en el restaurante en mayo…
Se detuvo ante la placa de bronce que había en la piedra angular del edificio: «Construido en 1928».
Trimble hizo un gesto de asentimiento.
—Empecé a emborracharme aquel año, a emborracharme de verdad. Así que es la primera vez que lo veo.
—Ah —Orrison titubeó—. ¿Quiere entrar?
—He entrado muchas veces, muchas. Pero no lo he visto. Y ahora no es lo que me gustaría ver. Ahora mismo sería incapaz. Sólo quiero ver cómo camina la gente y cómo son los vestidos, los sombreros, los zapatos. Y los ojos y las manos. ¿Le importaría estrecharme la mano?
—En absoluto, señor.
—Gracias, gracias. Es muy amable. Me figuro que parecerá extraño, pero la gente creerá que nos estamos despidiendo. Voy a pasear un rato por la avenida, así que es verdad que nos tenemos que despedir. Diga en el semanario que volveré a las cuatro.
Orrison lo siguió con la mirada cuando empezó a alejarse, casi esperando ver cómo se metía en un bar. Pero no había nada en Trimble que sugiriera o hubiera sugerido alguna vez que bebiera.
«Jesús», dijo para sí, «diez años borracho.»
Súbitamente palpó el tejido de su abrigo y luego alargó la mano y apretó el pulgar contra el granito del edificio.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Régimen durante energía baja




Cuando el cuerpo sea invadido de fatiga, detente sin importar dónde estés; aclarando que ya debes haber tomado las medidas necesarias de carecer de tarea de importancia vital, sea propia o de allegados. ve al hogar, el sitio en que te refugias para levantar la moral, aniquilar presagios y descansar. Ahí, espera la noche. Toda herida sana en mitad de la noche. Espera. Recuéstate. Si los medios son posibles, ten las siguientes provisiones: Vino, Sinatra, whisky y cigarros, además de agua y chocolate. En ese orden. El aislamiento ha sido el compañero indiscutible de todo maestro. Llámalo. Reúnete con él y empieza. Para alcanzar este punto es indispensable que hayas reunido en los días de gloria los elementos necesarios para llegar a este punto. Nombraré algunos: Un sitio seguro y a resguardo de elementos e interrupciones, dónde almacenar agua y alimento para dos noches, salsa, sal, menta, posibilidad de calentar agua y recipiente apropiado, medicinas para los síntomas más recurrentes, fuego; cerillos; dónde poner música y la música apropiada, un aliado de confianza a prueba de fuego y templado con historia, cigarros y alcohol, langidez económica o la posibilidad de acceder a ello gracias al honor alcanzado, lo cual es un temá más extenso que Shopenhauer ya ha tratado. 
La fuerza se alcanza al rebasar los límites de lo que se ha creído es la debilidad. Ten esto en mente ante cualquier obstáculo. De lágrimas no se construyen puentes, con oraciones no se limpia el piso, pero al imaginar el escenario a llegar y sintiendo ya la estancia del ser en el sitio, ayudado de "lo que haya por hacer sin importar cómo" se vuelve cotidiano lo imposible.

“La invasión de Gibrán a occidente”



Rodeado de gente recostada en el suelo, cielo nublado y temperatura baja, pregunté por ambos y estaban bien. Los vería dentro de poco. Miré hacia la curva sideral para estirar los músculos del cuello y creí reconocer un par de compañeras, así que sostuve la atención en ese punto en constante vigilancia junto a la cumbre del edificio. Un instante después apareció una abertura suficiente para que dos se convirtieran en tres, entonces tuve certeza inexorable: Eran ellas, mis compañeras informando su presencia, aprobación y bienvenida. Me alegré. Todo iría bien. Era el cinturón de Orión en mi regazo. 
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miércoles, 30 de noviembre de 2016

Math



Mi infancia estuvo plagada de números, estar con personas mayores y soledad. Recuerdo que mi entretenimiento se compuso de dos cosas fundamentales: Leer cualquier párrafo que la vista atrapara e inventar sumas o restas o multiplicaciones o divisiones en los números de las casas y placas de autos. Posteriormente, ya que los recursos hacían imposible llevar calculadora a la mano y ya que siempre he creído que las mejores herramientas son las que cada quien lleva dentro de sí, hacía los cálculos mentalmente o a lápiz, hecho que, en la Universidad, me llevó a ser reprendido por la maestra por no llevarla. Me tardaba un poco, pero siempre era preciso. Incluso me prestó la suya entre enojos, pero sé que mis compañeros fueron testigos de los hechos a mi favor.
ahora, a décadas de distancia, siguen fascinándome las cadenas y resultados que se alcanzan con los números, lo cual aplico a las palabras. 
Larga vida a la matemática, el ingenio, y los fundamentos de la civilización. 

sábado, 19 de noviembre de 2016

Antes del viaje



Hubo un tiempo cargado de zozobra, ansias, soledades, lleno de disciplina enfocada al objetivo. Había aliados, sombras y tabaco, falta de dinero, techo y cobijo. Hubo hambre; de las siete tipos en distintas modalidades. Me acompañaba la agonía placentera, pues cualquier circunstancia puede ser percibida como binomio si se tiene la disposición de indagar. Hubo viajes, desvelos y resentimientos. Luego aparecía algún destello. Siempre bienvenido.Y cuando llegó el momento de la salud, el mantenimiento del cuerpo, se empezó desde cero y tras pérdida, no tener las manos llenas. Incomodidad y dolor convivieron los tiempos libres. Ayudaba la música, el adoctrinamiento dirigido a un nuevo rumbo que siempre estuvo claro. Legión. Hubo un quiebre, nuevo vacío, llanto, cartas. ¡Oh!, sí, cartas... Cada momento ha iniciado, se nutre y parece terminar en cartas, fueran o no entregadas al destino. El objetivo seguía ubicado, parecía lejano como situar la distancia de la estrella a mi posición, y, aunque desconociera cómo, no podía apartar el camino a seguir.
Hablar de llanto suena a lágrimas, y no hubo sonidos ni agua salada más allá del sudor en cada paso. Pasar de no tener a tener y luego desbordar, sólo se alcanza mediante sacrificios que nunca terminan, porque al tener careces de algo, sea tiempo, espacio, sueño o amistades. Aprendí a comparar la vida con una sinfonía, comparando desniveles tonales a emociones y ánimos. La clave es convertirse en el director de la orquesta. 
Abner, terror de occidente, ha tocado tierra. 
La noche es la misma y yo parezco otro.
Sabrás reconocer en el lago de los cisnes el paso de la vida, la muerte junto al honor y el respeto si mantienes la mente despejada y los sentimientos a un lado.

Fuguemañ

sábado, 22 de octubre de 2016

Extracto: Archivo André Lovedy, Estatus Desclasificado



Cruzó la calle y en el camino le entretuvo una joven vestida en ropa deportiva que avanzaba como si oyera a Rod Stewart. Ausente en su andar le preguntó la hora al detective, que ya tarareaba “Do ya think I’m sexy”. Ay gracias no hay problema también eres turista algo así no pero puedo mostrarte algo de la ciudad muy bien me encantaría pásame tu celular. Lo apuntó en el dorso de la mano, ¿cómo te llamas? Love, dime Andy, deteniéndose luego en el local de libros usados. Tras adquirir Rayuela salió y bebía del whisky a destajo. “Necesito una amiga fácil”. Más delante, sí, no era mentira, en la vidriera del estudio fotográfico las muestras de una quinceañera, la boda, el bautizo, la graduación, tenían de acompañante la imagen de dos mujeres gemelas sumamente voluptuosas en traje de Gatubela, ni más ni menos piel sintética negra. “La mamada”. Al llegar a la plaza adjunta del Templo Expiatorio, saludó con la mirada a Mario y se dirigió a un restaurant para comer torta de pierna, orden de papas, y agua de horchata, sentado en el equipal.

domingo, 16 de octubre de 2016

Vestigios



Fue a los lindes de la mente, derramando la sangre representada por los recuerdos como migas para volver a lo concebible, lo tolerable. Salpicado el camino con eventos antiguos, llegó al confín de la conciencia para enterrar el cofre de finos brocados donde sólo él sabría localizarlo, conteniendo el nombre de la chica al interior

miércoles, 14 de septiembre de 2016

A. L.




Luego de esa jornada decidió correr al viejo estilo. Aquel amanecer plausible sostenía el color ámbar sobre el cielo, el aroma de tierra y madera mojada impregnaba sus fosas nasales al emerger de Los Sueños Rotos, la brisa matinal le hizo decidir quedarse otro rato al interior de su caverna favorita para refugiar las decisiones a seguir en delante. Por la mañana no tuvo oportunidad de comer apropiadamente, incluso dormitó esa la tarde. Pero nada lo detendría, la rigurosidad en su disciplina al mantener el cuidado de sus herramientas de trabajo se anteponía a cualquier botella, mujer, y amigos. De ello dependía su vida y la intensidad con que la manejaba. Y su principal herramienta siempre se tradujo en la presencia física.

viernes, 2 de septiembre de 2016

NIÑA MORADA






Me has atrapado, con el resplandor de tu halo,
con la ternura de tu plática
capaz de hundirme en tu recuerdo.
Ahora, al despertar, ya no me pierdo
sólo me atrapa, me empuja a tu cuerpo.

Soy explosivo, la mecha es tu dedo,
el fuego… tu mirada.
Ten cuidado al acercarte, o podremos quemarnos.
Una vez que te atrape, podremos besarnos.

De tu boca salen violines y pianos, son esferas de sonido.
Incorruptible belleza, has partido,
y con tu rosa lagrimal me llevas contigo,
sin dejarme respirar, sin dejar que huya o pierda
las ganas de contenerme, a tus pies caigo rendido.

Labios de malvavisco, qué quieres conmigo.
No me importa caer en el barco,
sólo dime que seremos lo mismo.

El cielo está alegre, como yo, se abre, quiere saludarte.

Hermosa mujer lejana, el norte te extraña,
el fuego te envidia, pero yo…
estoy encantado de caminar a tu lado.

Dedos de caramelo, cabello de tamarindo,
lunares de chocolate, he de comerte.
Imprégname de tu aroma, de tu amor jugoso,
con el aire de tus pulmones, perfume silencioso.

Mis venas te evocan, el latido te llama.
Si la distancia desaparece, me encendería como flama,
iluminando la ciudad, la carretera, la escuela,
todo para unirme a tu esfera, suave y placentera.


Simplemente vuelve, no dejes que el humo me lleve.
A donde quieras estoy. Como pensamiento fluyo,
para abrazarte las ideas, para unirlo con lo tuyo.
Cambio de planes, chocan en mi mente.
Di que sí, y cruzaré ese puente.

No tengo oportunidad de pensar,
has bebido mis intenciones.
Te quiero besar, besarte sin pretensiones

Ilusión de soledad, batallas perdidas,
inflemos el mar, arrojándole estrellas caídas.
Camina a mi lado, sabrás mi nombre.
Te puedo abrazar, y cruzaremos la calle.

Atrapemos el alma en pixeles,
fluctuemos con los climas,
si te parece un poco raro, traigo los pinceles,
para colorearte de chispas, de azul y de frutas.


El mundo te espera, abriendo una sonrisa,
puedo llevarte, que al cabo… no llevo prisa.

Espera un segundo, hay algo importante,
los colores están de huelga, quieren comerme.
Habla con ellos y diles que me dejen,
lo sé muy bien, que de ti temen.

Me tienes entre tus dedos. No juegues
no juegues con el fuego.
Si pudiera cantar, lo haría,
si fuera de aire, en ti entraría.
Pero no, a tu recuerdo me apego,
para recorrerte y nadar como fuego.

Creo que lo sabes, sé que lo sientes.
Acércate y escucha, la luna te canta,
el firmamento te orquesta,

y yo… pido que te quedes.

domingo, 14 de agosto de 2016

Una noche



Hay cosas que se quedaron en borrador pero sirven de guía personal a futuro. Hoy, como días anteriores, fue un día discontinuo, sin emociones fijas. La causa y el efecto y las consecuencias se funden con las medicinas, traducidas en alcohol. Es noche, chispea, visto la armadura, abrigo desgarrado y un poco de Holiday. Quisiera tantas cosas y personas y al mismo tiempo ausencia. soledad, la fiel compañera. La única mujer, que es una niña, se va separando de mi sombra. Pero siempre, y lo sé, tengo aliados en la siniestra. Ser una persona, sea hombre o mujer, de cualquier país, sé que tiene sus vicisitudes. sin embargo, a veces tolerar el tránsito parece una Odisea, En fin, correr el alcohol y la noche húmeda siempre han significado un manto reconfortante. Mañana será otro día. Hace ocho años salí de viaje en solitario a lugares desconocidos, y así es la vida, no sabes que hay más delante. LA musa se perdió y el encierro es continuo. A fabricar las novedades que leerás en un rincón que no he pisado.

Deseos desde la terraza del cuartel

lunes, 1 de agosto de 2016

uno de Agosto sin mi chica



Pues llegó muddy waters luego de una ausencia semestral. El cuerpo estaba hastiado, destruido y engrasado. Vi la moto y el trabajo fue y vino antes de la artillería. Cumplió años un amigo y la novia me dejó. En realidad, como siempre, nada importaba. El compañero no llegaba y determiné seguir la sombra de los cinco años durante el tercer día. Quizá cuarto o quinto porque no recuerdo. Le hablé a los aliados, los saludé y dije que en un par de momentos nos reuniríamos. Sigue Waters en seco y casi terminando los cartuchos, pero la vida dacía que era fácil ser y vivir mientras sea el mismo. Se ausentó el blue de Chet, la soledad de Sinatra, y las horas fueron bienvenidas. Quizá no te conozco y leas esto, pero hoy fue un muy buen día.


Pues llegó muddy waters luego de una ausencia semestral. El cuerpo estaba hastiado, destruido y engrasado. Vi la moto y el trabajo fue y vino antes de la artillería. Cumplió años un amigo y la novia me dejó. En realidad, como siempre, nada importaba. El compañero no llegaba y determiné seguir la sombra de los cinco años durante el tercer día. Quizá cuarto o quinto porque no recuerdo. Le hablé a los aliados, los saludé y dije que en un par de momentos nos reuniríamos. Sigue Waters en seco y casi terminando los cartuchos, pero la vida dacía que era fácil ser y vivir mientras sea el mismo. Se ausentó el blue de Chet, la soledad de Sinatra, y las horas fueron bienvenidas. Quizá no te conozco y leas esto, pero hoy fue un muy buen día.

jueves, 21 de julio de 2016

"LA HISTORIA DEL AGUA" (fragmento)









                          PADRE


Ha terminado la lluvia
                 El cielo aclara, las luces se encienden:
¿Ha terminado el día?
   Recuerdas el pan, la ducha
ese cobertor junto a la almohada,
las gelatinas, dulces, lágrimas de fantasía,
promesas rotas
                          piropos a la cajera
refrescos y sandías
                          juguetes
                                          tortillas:
Nunca faltaron y aún permanecen:
¿Ha terminado el día?
Los primeros vocablos
                      vinieron
            con la primer reprimenda.
Halagos, desorden, disciplina,
           quebrantos, pesadillas, ausencias,
                   la espera al teléfono y tras la puerta
al siguiente día
              mi adolescencia:
         Aún no termina el día.
Pusimos velas a Mayo
        y la radio
con Yellow Submarine
aquellos sábados de labores
junto a tres horas de trabajo:
Aún no termina el día.

      Desde abajo te miraba
  al otro lado del crepúsculo,
nombrando calles, rostros, ciudades
    noticias viejas y estadísticas,
      calculando propinas
         la medida exacta de profundidad
el peso de atmósferas con piedras negras,
      maniobrando mis heridas y celos
           consintiendo el paladar:
      ¿Ha terminado el día?
Naciste junto a los muertos
Incitando bromas entre floristas.
Eras preciso en los presentes
como informado en Historia:
Sofía te quiso para maestro,
      dar lecciones ayer
      al futuro prodigio.

Agradezco al día no haber terminado
         para traspasar la distancia
 reunirte
                   oír la voz cascada
decirme:
           Hijo.




                                  MADRE

Dedicación monástica     
                                        por hábito
predicciones equívocas
                                       de manto.
Elegiste la senda del sacrificio
otorgando en altares las energías.
Sombras y soledades te poblaron
     mas ninguna logró conquistarte.
Es preciso nombrarla, Madre,
           pues todo inicio se fundó en tus manos:
Música en las mañanas y noches,
   bálsamo a heridas y tormentos;
lecturas vespertinas junto al fuego
    bebidas tibias color café;
pinturas acuarela sin agua
        momentos bajo lluvia y fuego.
De mis temores, Madre
    eres el mayor:
      Cada que te ibas

             perdía la voz hasta no verte.

martes, 19 de julio de 2016

Ya he...


Cuando reaparecen las sombras
la tierra cobra vida,
y tu ausencia a sorbos
me agota transversalmente:
Beber descifrando el gesto prematuro
ha traído un vacío
que me hiere los cimientos.
Detén tus pasos un reflejo
ya es tiempo de leerte.

Esta espera de la hora
en que escuche tu verdadero nombre
anda lento sin semblante
con la silueta del río milenario.

Ayer vimos nuestra historia
ser escrita por camareros
donde escaseaban las servilletas
y dos corchos se perdieron.
Ya era una voz el asilo
que comenzó con un chiste.

Hoy, sin embargo
nuestras edades formaron lluvia
y se avecinan tempestades
que deseo evadir el naufragio:
Ya he komido de tu luz
ya he konversado con tu perfume:
Quedan tres Octubres sobre el cementerio
para ver el mar del otro lado.





                               II


¿Qué admiras al mirar el abismo
mientras tu cuerpo se dilata sobre las cumbres?
Designio perdido el sueño fundado
fábula inversa sobre almanaques:
Tila y menta destilados por su cabello enmarañado.












viernes, 15 de julio de 2016

Misión en el norte



En un rincón que en sí más bien lo describiría como la habitación de un hotel que en verdad no era hotel, sino un lugar de alojamiento con ventanas. Una de ellas me acercaba a las montañas a menos de trescientos metros, un río, el sonido de las rocas paseándose por las cuencas y las nubes agolpándose a las cimas. Noche, mañana. Lo mejor era al atardecer y amanecer, donde niebla y lluvia aparecían. Pero esa noche, de la que quiero hablar, había luciérnagas. Fue preciso el instante temporal, pues un par de años atrás estaba en un sitio semejante pensando similares ideas, y, por supuesto, estaban las luces fugaces. Ambos sitios tenían la misma forma y eran; ahora lo sabía; un eslabón, una pausa, sin buscarla pero sabiendo que debía ser tomada así. 
Esa noche, pude haber abierto las puertas de fuego, pero opté por leer, esperar, respirar. 
¿Cuántas muertes seguirán intactas en los riscos y mareas?
¿Qué imagen de idilio aparecerá cuando despierte en mi lecho?
Ahora, que recuerdo, es vital que anuncie que las dos noches precedentes tuve sueños magníficos del tipo que quieres escribir pero sabes que es necesario un proyector y efectos especiales...

Deseos desde el cuartel
(recién llegado de misión)


miércoles, 1 de junio de 2016

DBC



Esta tarde
el sabor de los recuerdos perdidos y encontrados de nuevo
atravesó la luz sobre las paredes
sin tropiezo, premura ni conciencia
sin temor pero firme en su embriaguez
y al llegar a mi diestra
                              nos saludamos
reverencialmente
                                    me extendía su mano:

La besé.

miércoles, 4 de mayo de 2016

14


He de morir conociendo-té
nenúfar de alabastro
química y oblicua
sin lo que tiempo resguarde
mas con todo lo que te falta
sé que completa eres:
Pincelada sonora en frágil lienzo
la hora de zenit se acerca al dormir
y la cadencia de trompeta te clarifica.
Peregrina sonrisa de mi claustro camino
brote de menta caída en chocolate.
¿Qué razones fundó el sosiego del aire
para querer presentarnos?
Detengo el pensar acostumbrado a la crueldad
preservando recuerdos alrededor de mi pulsera
pequeña, y, sin recelo,
voy a colocarla en tu cuerpo
como inscribir mi nombre en tu historia.

Pecesito

ABNER



Navegando de vuelta al hábito desde la incertidumbre
cuarenta gramos y ocho centímetros nos reúnen,
salto de agua y espalda de cobre
hierro fronterizo en almíbar
aún con licencia y cartuchos en la insignia
la cartografía de la memoria os resguarda:
Mecanizado y oblicuo nos invades
como has de conquistar territorio desconocido
 todo flanco, refuerzo e infantería
acompañará la inteligencia, técnica y destreza
para mostrar que los augurios
esgrimes por delante de vuestro sino.
Os respaldo
esfera incontenible,
mi siniestra cubre tu espalda y hambre
cuando en sombra transite vuestro designio:
Avanza, hecatombre
recobra la temple del fuego.

viernes, 22 de abril de 2016

Aljaba (20 de marzo)


Flores de noche,
sólo en el silencio eran ellas mismas
museo de miradas
y un gesto fundamental amanecido.
El azul transitorio del cielo
acaricia el ala vertical de cantera
sin prisa ni fuego
sin el hipnótico baile de palmeras;
esa trémula e incesante invitación del olvido,
el ámbar de campanas que peina farolas:
Relente antiguo
todos los sueños de una vida entera.

viernes, 8 de abril de 2016

A propósito de casi terminar "Al romper el alba" (19/marzo)



-Si tengo un hijo de la chica, será educado correctamente y podrá escoger entre ser soldado, medico o abogado. Esto es exacto. Si desea ser cazador, puede quedarse conmigo como hijo mío. ¿Está claro?
-Está muy claro-. dijo Keiti.
-Si tengo una hija, le daré una dote o se puede venir a vivir conmigo como mi hija. ¿Está claro?
-Está claro. Mejor, puede ser, quedar con la madre.
-Yo lo haré todo de acuerdo con la ley y la costumbre kamba. Pero no puedo casarme con la chica y traerla a casa por culpa de unas leyes estúpidas.

jueves, 7 de enero de 2016

Music on fire



che vuole questa musica estasera...
quelle parole que non senti piu...
che me riporta un poco del pasatto...

Luego Take the a train
desde el otro lado del sentimiento
en las alturas de la misericordia

El deguello te recordó las vidas anteriores
los compañeros inconclusos
la propia sombra desperdigada en décadas
y la victoria tuvo el sabor de soledad
la camaradería finita
una ronda de cinco bebida por uno mismo

This is a mens world te devolvió al D11
cuentas por pagar
un tren por tomar

del que
Blue train te sacó al exilio
No hay más por decir

In a sentimental mood te recobró la parsimonia al estar en casa
reunido con los cazadores junto a la hoguera
los tabacos que terminan detrás del anterior
la sombra madre del hogar

Le soleil brille renova cada vez la moral
te aisla de el mundo y te impulsa
los inicios de toda aventura en terreno hostil
desconocido
buchon
Sube el volumen y ni alimento hará falta, legionario.

el Diablo marcha contigo
y Feeling good es tu ánimo

Por william dos cartas blancas
de oxigeno marlboro

el resto del playlist lo dejas al cianuro
insomnios
batallas del futuro

Frente en alto, legionario

Extracto Mar y Niebla

  Por entre las nubes vaga un beso de tu boca dulce y enamorada. Mi lengua pide un poco de rocío, de lluvia; pide toda la miel desde t...