viernes, 12 de septiembre de 2025

Cabellos de ocaso

 

Se quebró la ventana y, de tarde,

entre el humo y alondras,

se alejaba el ocaso tras tu cabello,

iniciando siluetas

advirtiendo fonemas,

propuestas sin retorno

conversaciones calladas:

 Hoy, como de noche,

al abrigo de estrellas,

brindamos entre pieles por los hijos,

batallas sin trincheras,

retornos no esperados

y el último alivio.

 

Dos veces vi Orión y luna menguante:

Empezamos sin espera las visitas,

y, esperando, se nos fue la vida.

 

El rocío del día que nos cubrió,

territorio desconocido y familiar,

en que nos sumergimos;

callada pradera menonita;

nos faltó memoria para el tiempo

pero hicimos del espacio lecho

y de murmullos nuestra canción:

Chiquita,

me gusta como luce la luz del atardecer entre tu cabellera

al ir rumbo al río

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