Desde su infancia, el compositor y director Gustav Mahler se enfrentó a la muerte en diferentes etapas de su vida, pues perdió a seis de sus hermanos por causas naturales y otro por suicidio.
Estas experiencias le marcaron en su persona, y en su música, pues la muerte es una temática constante en sus composiciones. En el año 1907 muere su hija Putzi antes de cumplir 5 años, hecho que agrava las experiencias cercanas de la muerte, aunado al aborto que padeció Alma, su esposa.
En ese entonces, su amigo Bruno Walter le aconseja que acuda a consulta con el psicoanalista vienés de origen judío, Sigmund Freud. Luego de intentos fallidos, finalmente en Agosto del año 1910 se reúnen en la ciudad holandesa de Leiden, que en alemán significa "Sufrimiento".
Luego de cuatro horas en sesión, Mahler reconoce sus miedos y complejos, donde Freud concluye que algunas vivencias en su infancia directamente influyen en su inspiración compositiva, la relación con su esposa y su neurosis.
Al parecer los beneficios del encuentro resultaron provechosos, pues Mahler vuelve a dirigir una gira de conciertos por Estados Unidos.
Por su parte, Freud afirmó que analizar a Mahler fue de lo más interesante, ya que nunca tuvo un paciente que entendiera tan rápido la esencia del psicoanálisis.