jueves, 27 de mayo de 2021

El Deber

 


Reflexionando sobre el camino y el trayecto avanzado, surgió la idea de cómo el deber nos empuja a lograr lo impensable. Lo hablaré desde mi experiencia.

Siempre dije que no tenía intención de conseguir casa, coche, trabajo seguro, ni algunas de las aspiraciones que mi entorno, padres, familia, me indicaban. Sí tenía mis prioridades, fijas, bien pensadas, y a largo plazo, pero no estaba condicionada por poseer algo material, al contrario. Se acercaba más a la iluminación espiritual, hablando en concreto es: Ser recordado y mencionado por personas que no habían nacido al momento de mi muerte, al nivel de Beethoven, Dalí, Bonaparte, Mozart; donde aunque no conozcan los pormenores de su obra-vida, sí tiene noción la población general de a qué tema y contexto pertenecen. 

Sin embargo, luego vinieron acontecimientos, benditos acontecimientos inesperados que nos empujan. Tuve que conseguir trabajo. Al batallar por algunos meses en aquel tiempo, decidí usar un recurso que tenía guardado. En mi mente uní aquellos gustos e intereses que me atraían: Andar en bici, saber usar máquina espresso y preparar bebidas, jazz, Generación Perdida, Miles Davis... entre otros, y el resultado vino al unísono, en un lapso de 5 minutos al caminar: Dos Passos Café, porque un buen momento no puede estar tan lejos. Este es el primer ejemplo claro del que puedo hablar.

El mismo año, unos meses después, me encontré con la idea de qué sucedería con mis obras, aquellas reliquias que fincaban mis inicios en el campo de la escritura, en caso que me muriera sin haberlas publicado. La respuesta fue que no pospusiera más el publicarlas, y las publiqué, además de respaldarlas en varias plataformas, al mismo tiempo. Años después las reedité ya con más cuidado, pero desde el inicio ya me redituaban ingresos y lectores, que era también parte de mi meta.

La vida seguía y unos años después me enteré que iba a ser papá. Creo que muchos, incluyendo la familia, pensarían que si esto llegara a pasar sería un irresponsable o que no me haría cargo. Pero los que realmente me conocen, así a fondo, saben que aunque sea muy relajado, en lo que respecta a mí y los derivados de mis actos, lo que esté a mi cargo, soy tan tenaz e inflexible que habrá mucho de que hablar después acerca de este tema. Bueno, aparte de la impresión y no saber cómo sentirme o tomar la noticia, no vacilé en dar un paso al frente y decir: Mañana mismo hablo con quien deba hablar y hacer lo que deba hacer. Y así fue. Ahora hasta me sorprendo digan soy buen padre, cuando en realidad sólo soy diligente en lo que esta a mi cargo: mis hijos. Y que esto también lo efectúo en otros campos. Y es en este último donde más visible se tornó la escalada de acontecimientos.

Conseguí un trabajo digamos estable, además de que tenía mi propio negocio. Dos meses después, comencé a subarrendar departamentos y ampliar mi campo en el negocio del café. Por más miedo que me diera navegar en avión o Cessna para trabajar, lo realizaba. La misión debía cumplirse y las órdenes acatarlas: El bebé no iba a esperar menos de mí, así como yo de él. Un año después, la madre me dijo: El niño va a requerir su propio cuarto. Yo respondía y jugaba a que el niño ya tenía su propio departamento, pero se me había quedado guardada esa frase: el niño va a necesitar su propio cuarto. Al año siguiente comencé a buscar, en base a lo que tenía a mano y mis tiempos, y conseguí la primer casa. Un poco antes, había comprado mi primer moto cafe-racer, que nunca funcionó bien y ni pude montar más allá de 2 metros, y que vendí para seguir con esos planes que requería el hijo. 

Habían pasado un par de meses cuando logré amueblar la casa, ya que al subarrendar departamentos los había amueblado, en total fueron 7 u 8, lo que ayudó a amueblar la casa más rápido. 

En algún momento, en algún sitio, supe que cuando en realidad tienes un deber y se tiene la diligencia es cuando se logra el objetivo. Resumí este tema que hablé con mis amigos al ser padres por primera vez, o en algunas pocas ocasiones que lo mencioné. Quizá a alguno le sirva de ejemplo. 

"Primero es el deber, y luego viene el placer"


viernes, 14 de mayo de 2021

Tinococo



Háblame de ti.

¿Cómo decides la manera de peinar 

mi reino desde tu ausencia?

¿Cómo el cabello sobre las sombras de tu cama

revolucionan mis despertares?

Háblame de esa pequeña

moneda de papi

que rueda su canto al infinito.

¿Cómo aderezas la cena

si falta picante y sobran laberintos?

¿Cuáles vías sigue tu mirada

detrás del instinto al cerrar la cortina?

Habla, delicada

sobre la condena líquida

que tus muros susurran:

Entre fronteras y mares naciste,

lejana del sótano de mis oídos

a espera de tu arrullo.

 

Extracto Mar y Niebla

  Por entre las nubes vaga un beso de tu boca dulce y enamorada. Mi lengua pide un poco de rocío, de lluvia; pide toda la miel desde t...