jueves, 21 de julio de 2016

"LA HISTORIA DEL AGUA" (fragmento)









                          PADRE


Ha terminado la lluvia
                 El cielo aclara, las luces se encienden:
¿Ha terminado el día?
   Recuerdas el pan, la ducha
ese cobertor junto a la almohada,
las gelatinas, dulces, lágrimas de fantasía,
promesas rotas
                          piropos a la cajera
refrescos y sandías
                          juguetes
                                          tortillas:
Nunca faltaron y aún permanecen:
¿Ha terminado el día?
Los primeros vocablos
                      vinieron
            con la primer reprimenda.
Halagos, desorden, disciplina,
           quebrantos, pesadillas, ausencias,
                   la espera al teléfono y tras la puerta
al siguiente día
              mi adolescencia:
         Aún no termina el día.
Pusimos velas a Mayo
        y la radio
con Yellow Submarine
aquellos sábados de labores
junto a tres horas de trabajo:
Aún no termina el día.

      Desde abajo te miraba
  al otro lado del crepúsculo,
nombrando calles, rostros, ciudades
    noticias viejas y estadísticas,
      calculando propinas
         la medida exacta de profundidad
el peso de atmósferas con piedras negras,
      maniobrando mis heridas y celos
           consintiendo el paladar:
      ¿Ha terminado el día?
Naciste junto a los muertos
Incitando bromas entre floristas.
Eras preciso en los presentes
como informado en Historia:
Sofía te quiso para maestro,
      dar lecciones ayer
      al futuro prodigio.

Agradezco al día no haber terminado
         para traspasar la distancia
 reunirte
                   oír la voz cascada
decirme:
           Hijo.




                                  MADRE

Dedicación monástica     
                                        por hábito
predicciones equívocas
                                       de manto.
Elegiste la senda del sacrificio
otorgando en altares las energías.
Sombras y soledades te poblaron
     mas ninguna logró conquistarte.
Es preciso nombrarla, Madre,
           pues todo inicio se fundó en tus manos:
Música en las mañanas y noches,
   bálsamo a heridas y tormentos;
lecturas vespertinas junto al fuego
    bebidas tibias color café;
pinturas acuarela sin agua
        momentos bajo lluvia y fuego.
De mis temores, Madre
    eres el mayor:
      Cada que te ibas

             perdía la voz hasta no verte.

martes, 19 de julio de 2016

Ya he...


Cuando reaparecen las sombras
la tierra cobra vida,
y tu ausencia a sorbos
me agota transversalmente:
Beber descifrando el gesto prematuro
ha traído un vacío
que me hiere los cimientos.
Detén tus pasos un reflejo
ya es tiempo de leerte.

Esta espera de la hora
en que escuche tu verdadero nombre
anda lento sin semblante
con la silueta del río milenario.

Ayer vimos nuestra historia
ser escrita por camareros
donde escaseaban las servilletas
y dos corchos se perdieron.
Ya era una voz el asilo
que comenzó con un chiste.

Hoy, sin embargo
nuestras edades formaron lluvia
y se avecinan tempestades
que deseo evadir el naufragio:
Ya he komido de tu luz
ya he konversado con tu perfume:
Quedan tres Octubres sobre el cementerio
para ver el mar del otro lado.





                               II


¿Qué admiras al mirar el abismo
mientras tu cuerpo se dilata sobre las cumbres?
Designio perdido el sueño fundado
fábula inversa sobre almanaques:
Tila y menta destilados por su cabello enmarañado.












viernes, 15 de julio de 2016

Misión en el norte



En un rincón que en sí más bien lo describiría como la habitación de un hotel que en verdad no era hotel, sino un lugar de alojamiento con ventanas. Una de ellas me acercaba a las montañas a menos de trescientos metros, un río, el sonido de las rocas paseándose por las cuencas y las nubes agolpándose a las cimas. Noche, mañana. Lo mejor era al atardecer y amanecer, donde niebla y lluvia aparecían. Pero esa noche, de la que quiero hablar, había luciérnagas. Fue preciso el instante temporal, pues un par de años atrás estaba en un sitio semejante pensando similares ideas, y, por supuesto, estaban las luces fugaces. Ambos sitios tenían la misma forma y eran; ahora lo sabía; un eslabón, una pausa, sin buscarla pero sabiendo que debía ser tomada así. 
Esa noche, pude haber abierto las puertas de fuego, pero opté por leer, esperar, respirar. 
¿Cuántas muertes seguirán intactas en los riscos y mareas?
¿Qué imagen de idilio aparecerá cuando despierte en mi lecho?
Ahora, que recuerdo, es vital que anuncie que las dos noches precedentes tuve sueños magníficos del tipo que quieres escribir pero sabes que es necesario un proyector y efectos especiales...

Deseos desde el cuartel
(recién llegado de misión)


Vestigia Dominari

 Bienvenida sea la primavera! Se acerca un eclipse y la parsimonia en los eventos se ve en armonía. Hace 20 años (el tiempo nos ha invadido ...