Tengo días, meses,
años, que quiero dedicar a ciertas personas un homenaje, o más que una
ceremonia, darles un agradecimiento tan grande como lo que hemos pasado juntos.
Hablo de mis amigos. En meses anteriores veo cómo se materializa su
alejamiento irremisible, el adiós sin par, la pérdida de nuestra unión. Sé que
no mencionaré a todos, que en sí no son muchos, y que no existen fotos de cada
una de esas personas. Al menos no en mi poder.
A mi alrededor
estuvieron días normales y trascendentes, en noches donde la sombra emitía un
ruido tenebroso, y fueron capaces de darme su mano en la longitud de su
distancia. Con algunos reí y me descompuse, pero con todos compartí de mi vida,
y ellos de las propias. Lo hicimos sin secretos y el estatuto siempre fue el
silencio. De algunos puedo decir que incluso pelearon, mintieron, perdieron o
ganaron por mi bienestar.
Compañeros de armas hermanados por la guerra que nunca termina y deja cicatrices que no sanan.
Colocaré algo de
André:
André observó a sus amigos mientras hablaban. “Tengo una
vida plena. Aunque en ocasiones, y casi la mayor parte del tiempo, vivo como si
estuviera solo, siempre hay alguien conmigo, a la distancia, que se preocupa
por mí y me espera- pensaba Lovedy, sin apartar la mirada de Arath, que reía de
algo con su novia-. No tengo novia, pero tengo algo mejor: mis amigos. Nunca se
irán con un mensaje de celular, ni con una plática telefónica, ni con palabras
que indiquen una continuidad invisible. Palabras como: ‘Eres lo mejor que me
pasó, pero en este momento necesito un tiempo’, jamás escucharé de sus bocas.
Sí, también me he sentido tentado a decirles que quiero estar solo. Por eso me
voy de las fiestas sin avisarles. Pero no se los diría, porque sé que volveré,
con ellos siempre regresaré. Han estado conmigo en cualquier evento importante,
¿por qué no estaría yo en sus momentos? No existe mejor familia que la que
se forja sin lazos de sangre, por eso se tiene la oportunidad de
escogerlos, y no se escoge a cualquiera, tiene que ser alguien que sude y
sangre como madre por un hijo, que cubra con su ropa a quien no lleva chamarra,
quien dé su cama por dormir en el suelo si el otro ha sido corrido de su hogar.
O si no puede volver a casa por ser tarde. No olvides que un amigo llega y, sin
saberlo, se torna en una extensión de tu vida. Sí, lo recuerdo, por eso no me
junto con religiosos ni con drogadictos. Tampoco olvides que no son tan
viciosos como tú. Sí, soy el único que fuma más. Pero eso también los convierte
en más cercanos, porque me aceptan como soy y me hacen ver cuando me paso,
cuando me salgo de la línea. Si fuéramos completamente iguales, sería aburrido,
por eso existe el surtido rico hasta en las galletas”.
Recuerdo cuando con
uno, siempre que lo veía, hablábamos de los temas que antes solíamos tocar, la
diferencia en los presentes, y los que habría a futuro. Mencionó que una vez
dijimos sobre:
¿La besaste?, luego cambió a otra cosa, y dijo que luego
hablaríamos de pañales. Mencionó que su esposa, al decirle que estaba conmigo,
diría:
¿Otra vez con ese borracho?, y fue profético, ya que, aunque en
ese tiempo raras veces tomaba, él ya se casó y lo demás es historia. Su pérdida
es la que más dolió, pero no hubiera sido tan dolorosa de no haber creído que
un incidente me sucedería en 2010. Bueno, además, también otra amiga se ha
casado. Pude ver que mis dos pilares fundamentales avanzaban hacia un mar sin
retorno, con la bitácora del destino en lengua muerta.
Por supuesto que
también me regañaron. Como cuando fui a hacer ejercicio en el parque una noche
de tormenta, la vez que hablé mal de una chica, el día que me pasé un alto,
cuando me puse ebrio en Puerto Vallarta y quería salir, porque no le dije a la
Eterna lo que pasaba, por darle dinero a una vaga, o la vez que no sabía cómo
hablarle a las mujeres.
También sé que de
cada minuto tienen una memoria imborrable y que sonríen al recordarme. Fueron
la decoración de mi alcoba, la voz de mi consciencia. Espero que lo sigan
haciendo cuando reserve mi habitación en la nada. Con algunos comparto formas
de ser, ideas, o aspiraciones. Y de ello hablamos durante la noche y solos. Es
la única forma de hacerlo. Con otros jugaba a maldecir su buena suerte y
ridiculizar sus condiciones, pero siempre anexaba el discurso de la envidia. Los
Cobra, Los Soma, Alonso, Pacheco, Adriana, Pablo, Gabriela Cuevas, Tere, SOL,
Nabile, Fco. García, Sel, Fátima, Gisela, La Eterna, y los que falten por la
omisión del alcohol, todos pertenecen a cada trago y humo de mis cavernas, las
latitudes de mis experiencias.
Navegamos alto, saben
lo que se siente.
A los que siguen al
pie del cañón quiero decirles que el Cuartel está dispuesto, que André saldrá
en su socorro, que la artillería enfriada los espera y que los cartuchos en sus
empaques rojos están preparados para la guerra.
Ante la ausencia a
futuro de las conversaciones y los
eventos, he tomado la decisión que comenté en el año 2011, que por el suceso
del 7 de febrero, había sido pospuesto. Ahora no he retomado la preparación,
pero espero alcanzarla en un año, junto a todos los preparativos.
Por cierto, Paulina
Galicia, mejórate, aunque sé que es un cliché, pero en serio me he preocupado
por tu situación como ninguna situación me sucedió. Pronto nos veremos y
hablaremos de cada Coloquio en el que faltamos.
Amo el sueño, y la muerte es el infinito sueño. Digan que
fui feliz, cualquier duda sobre mí se contestará con lo que escribí.