Me has atrapado, con el
resplandor de tu halo,
con la ternura de tu
plática
capaz de hundirme en tu
recuerdo.
Ahora, al despertar, ya
no me pierdo
sólo me atrapa, me
empuja a tu cuerpo.
Soy explosivo, la mecha
es tu dedo,
el fuego… tu mirada.
Ten cuidado al
acercarte, o podremos quemarnos.
Una vez que te atrape,
podremos besarnos.
De tu boca salen
violines y pianos, son esferas de sonido.
Incorruptible belleza,
has partido,
y con tu rosa lagrimal
me llevas contigo,
sin dejarme respirar,
sin dejar que huya o pierda
las ganas de
contenerme, a tus pies caigo rendido.
Labios de malvavisco,
qué quieres conmigo.
No me importa caer en
el barco,
sólo dime que seremos
lo mismo.
El cielo está alegre,
como yo, se abre, quiere saludarte.
Hermosa mujer lejana,
el norte te extraña,
el fuego te envidia,
pero yo…
estoy encantado de
caminar a tu lado.
Dedos de caramelo,
cabello de tamarindo,
lunares de chocolate,
he de comerte.
Imprégname de tu aroma,
de tu amor jugoso,
con el aire de tus
pulmones, perfume silencioso.
Mis venas te evocan, el
latido te llama.
Si la distancia
desaparece, me encendería como flama,
iluminando la ciudad,
la carretera, la escuela,
todo para unirme a tu
esfera, suave y placentera.
Simplemente vuelve, no
dejes que el humo me lleve.
A donde quieras estoy.
Como pensamiento fluyo,
para abrazarte las
ideas, para unirlo con lo tuyo.
Cambio de planes,
chocan en mi mente.
Di que sí, y cruzaré
ese puente.
No tengo oportunidad de
pensar,
has bebido mis intenciones.
Te quiero besar,
besarte sin pretensiones
Ilusión de soledad,
batallas perdidas,
inflemos el mar,
arrojándole estrellas caídas.
Camina a mi lado,
sabrás mi nombre.
Te puedo abrazar, y
cruzaremos la calle.
Atrapemos el alma en
pixeles,
fluctuemos con los
climas,
si te parece un poco
raro, traigo los pinceles,
para colorearte de
chispas, de azul y de frutas.
El mundo te espera,
abriendo una sonrisa,
puedo llevarte, que al
cabo… no llevo prisa.
Espera un segundo, hay
algo importante,
los colores están de
huelga, quieren comerme.
Habla con ellos y diles
que me dejen,
lo sé muy bien, que de
ti temen.
Me tienes entre tus
dedos. No juegues
no juegues con el
fuego.
Si pudiera cantar, lo
haría,
si fuera de aire, en ti
entraría.
Pero no, a tu recuerdo
me apego,
para recorrerte y nadar
como fuego.
Creo que lo sabes, sé
que lo sientes.
Acércate y escucha, la
luna te canta,
el firmamento te
orquesta,
y yo… pido que te
quedes.
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