Hace un par de años me escapé de la ciudad y conocí a una chava muy fría, pero
fue una buena compañía. C. es su verdadero nombre,
y hasta ahora lo sé; le decía C.
Hablé con mi padre días después, y le contaba de lo que hice por allá.
Jamás olvidaré lo que me dijo:
-¿Todavía le hablas?
-No. Me mandó un mensaje diciendo que se iba.
-´Ta, bien... para que sepas que las personas llegan y se van, sin saber cuánto tiempo durará.
Es raro el hecho de que casi no habláramos, por eso me pareció de lo más correcto el
no despedirnos. Pero era buena onda y buena persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario