(2 de mayo)
Somos el día y la noche sin poder vernos
girando en un mundo de posibilidades
donde un encuentro nunca amanecerá.
Ser, sin ti, es la tristeza que me
despierta
y no encuentro descanso, noche, ayuno
mas que extrañarte con todo lo que no
estás.
Si es una copa, ya el incienso se consume.
Si voy por la calle, caminan mis sueños sin
sombra.
Hay que darle cuerda a esta tumba
hasta lograr un latido al destierro de tu
voz.
Aun recuerdo cuántas estrellas nos miraron
del cielo
y que escondías un tesoro en tu piel
cenicienta.
Las edades que nos reunieron
fueron cubriendo de polvo nuestras heridas.
Hace mil años que tu universo se rompió
y otros tantos en que reímos.
Eran muchas nuestras palabras
que cada una aun mueve las mareas.
Ve a la playa a encerrar grillos en tu
puño,
arrójalos al viento y velas desaparecer.
Si existe el dolor indescriptible
ahora, en este momento, con su peso te doy
las buenas noches.
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