Irina
Hace un par de años me escapé de la ciudad y conocí a una chava muy fría, pero fue una buena compañía. C. es su verdadero nombre, y hasta ahora lo sé; le decía C. Hablé con mi padre días después, y le contaba de lo que hice por allá. Jamás olvidaré lo que me dijo: -¿Todavía le hablas? -No. Me mandó un mensaje diciendo que se iba. -´Ta, bien... para que sepas que las personas llegan y se van, sin saber cuánto tiempo durará. Es raro el hecho de que casi no habláramos, por eso me pareció de lo más correcto el no despedirnos. Pero era buena onda y buena persona.