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BAJO LA NOCHE

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Bajo la noche, de fondo a la ciudad, me abraza tu voz iniciada en tu boca. Te voy conociendo, extraña, voy reconociendo mi pasado en tu vida. Bajo la luz de estrellas, quietas sobre nosotros, acercas tus labios a mi boca. En ti estoy unido, amada, estoy uniendo mi vida a tu pasado. Bajo la niebla helada, que cubre el monte, apartas tu cuerpo de mi alma. Ahora soy tuyo y eres mía, extraña, tan mía como mi vida que termina. II Quisiera saber bajo qué circunstancias caminas en soledad, mirando el suelo, el camino que tus pasos no conocen. En algún lugar en el mañana despertarás, sintiendo tibias sábanas, y reconocerás mi nombre perteneciente al sueño; sueños desolados de coches, de casas, de tareas; sueños cercanos a la ruta de las aves, serán los que se mezclen con mi nombre. En algún lugar de tu corazón, extrañarás sentir mi tristeza, y yo, tendré en mi corazón tus penas. Si el mañana llega tras las hojas de las moras, sabrás que tus lágrimas tienen razones fundadas en mis actos, y mis ...

MUCHACHA

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MUPA Por sobre las nubes cuelga un beso de tu boca dulce y enamorada. Mi lengua pide un poco de rocío, de lluvia; pide toda la miel desde tu boca. Eran la carne, tu voz y tu aroma un susurro reunido en mi oído. Así como el vuelo de las golondrinas vino en otoño la noticia de tu vida. Mariela del mar y de niebla; mi corazón marchito anida en tu cama. Puedo irme o ser contigo las cuatro estaciones que me quedan de espíritu. Tú, sentada junto al lago cubrías los pies con mi manto de agua, sentías el rumor inquieto de mi palpitar por estar cerca de lo que amo. Los días y las noches me han visto buscar en las piedras, en el río, en la calle una señal de tus pasos perdidos. Fugitivo del tiempo las cadenas de la distancia me impiden liberar el salvaje canto de mi melodía. A media noche despierto; carece mi lecho de tu cuerpo, van mis pesadillas en pos de ti y tú olvidas que aguardo por verte. II Fue este insomnio a diluirte, a besarte a continuar bebi...

HOY...

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Hoy no es el día que fue ayer. Esta tarde nuestros cuerpos, separados no pudieron sumergirse bajo las olas. Tu cabello y tu mirada temblando sobre los muslos. Mi dolor y mi perdición entre tus labios y tus manos. Lo ilegal queda para mañana, hoy ocúpate de sentir la altura bajo los pies. Una lancha a la orilla espera remendar su cuerpo herido, quiere una vela para la oscuridad en que duerme. Sé sus sueños, son los míos, son aquellos muertos con flores, son los pétalos marchitos. Pienso que sobre ti he de morir, he de encontrar el cuerpo perdido. No hay razón que conozca porqué dos personas se unen sin conocerse. Hoy no es ni será ayer. Se ha ido la noche a sembrar galaxias; la luna la guía, como lámpara de luciérnagas. No sé nada, no sé ni el día que es, sólo pienso que entre árboles, y cielos sin soles, desconocidos se abrazan y se pierden. ***** Alquilé la luna por esta noche; puedes desperdiciar su brillo sobre el lago. La niebla en mi camino ...

Serie UMBRAL, número 32

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Por cada gota de alcohol y lluvia se humedece tu sexo en mi boca. Hay algo de botella en tu cuerpo, como todas las nubes tienen tu pelo. Llovizna por mi piel la pasión vibrante. Un momento arriba; un instante abajo, luego descanso al lado del fluido. Mosaicos por sábanas; silencio de cobijo; charco por lecho tibio y el suelo vestido de nosotros. Ebrio de ti, te has vaciado en mí. Por cada lengua que pasó tu cuerpo ahora tengo la boca salada en la dulce embriaguez de lo hecho. Quiero elogiarte y es preciso decir que faltaron palabras. Acaricio el cáliz de tu vientre y me gusta que sea limpio, suave sin vides ni follaje… (¿Hace falta ser conciso?) El trueno es de tu boca y detengo el sonido en mis labios. Una parte de mí ansía tus relámpagos. Tienes las noches cerradas en los ojos; el huracán del golfo llevó tu nombre; mi mano busca un vaso con agua porque ahora estoy más seco que antes. Si has de partir pronto, vete; déjame los escombros, el día, qu...

27

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El armario sin tus prendas no se viste igual que antaño. Los grillos me cantan su melodía melancólica. Ella abunda como carezco de vino. Y yo contando las horas y los latidos. Las telarañas extrañan que las quites de mi rostro. Ustedes, sombras, tejidas en mi alma alcohólica tienen la responsabilidad que convido. Y yo, contando las horas y los latidos. Fue un jueves mojado amaneciendo a sábado a pedir asilo en luz metafórica. Flama vuelve, va y vino. Y yo contando las horas y los latidos.

26

Perdida, no deseo perderte, no quiero mi celda de libertad o quedarme sin soberanía. Camino mío, vuelve las flores al camino. Me han preguntado si estoy mal triste, acorazado en mi dolor. Les contesto que escucho mi espíritu. Te doy mis alas de viento rotas para que mutiles la lejanía. Quiero tu afición por ensayar el error, las mentiras debajo de la almohada, el fluido de vida en tus entrañas y la pasión diurna detrás de un camión. Quiero lo que fue y se fue con ese amor que siempre ama, con aquellas palabras que no se dicen. Quiero que lo quieras, camino mío entregado al vacío.

25

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el cuarto del silencio Quise abrir el reloj y borronear el silencio. Luego vi una mujer que me dejó ciego; mas tu fuerza no pudo levantarme. Aquí, donde estoy, tú no estás aquí. Del viento frío me hice triste, porque hubo formas de entristecer con el viento. Un murmullo a lo lejos, zumbando, los hombres, las máquinas rotas, esas secuelas de ayer venían a contar por piezas al ajedrez partido. Quise jugar contigo y con el tiempo; sentí las palabras de su boca encerrándome débil, torturado tendido al suelo, deletreando tu nombre. (Ahora no voy. Me quedo. ¿Vienes ahora?) Una luna en su equilibrio efímero toma de la mano a otro, aquel que tiene en mi jardín pensado morir. Quise llover, diluvio fui con un cigarro apagado en mis labios. Mas dentro el fuego formó un torrente de gotas, de angustias de tormentas rotas. Aquí donde estoy, tú no estás aquí. Por cada línea blanca en tu vestido se cuenta una dos, cinco hasta contar gotas. Me voy, busco, te llevo a don...

al viento

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Anoche soñé que despertaba, y en mi despertar, dormía. El meditar me hiere en su quietud, en su eternidad, con el filo de la angustia. Sentado con tu sombra, voy construyendo un monumento antiguo arriba de las ondas sobre el agua, con esos recuerdos tuyos y míos. Tiene plumas coloradas, grises, y mil con mil miedos a soñar. Vestida de mí, tu sombra conversa con las aves. Dice que todas las cosas que valen la pena ver ocurren siempre en la oscuridad. Rebosa armonía y perfección su voz al hablar, se puede sentir el rumor de tu tarareo. Sentado con tu sombra, he leído en las estrellas diurnas que mi vida termina en el viaje a tu encuentro. El tabaco forma un boceto diluido en los ayeres, mientras una trompeta toca el sauce. Es el silencio lo que nos duele, cuando a callar nos habla. Camino mío, cúrame del día que te conocí, son tus hojas blancas la medicina de mi piel. Hay tantos cactos malignos sobre el calendario, que un desierto con dunas color osario, ofusca la huerta de tu río platea...

FALTAS

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Faltas mañana como ahora para volar los campos nocturnos de la luna, calles de piedra con dioses de muerte rumbo al mar de rosarios vírgenes. Faltas como las recetas al whisky, con esa falta de cereales a la ciudad. Sabes ausentarte de tu sombra pero no aprendiste a dejar mensaje. Algo en tus ojos que no están me dice que me amas y te acostumbras a faltar cuando necesito romperme. Vienen lágrimas para lavar tu ropa, y conforme reniego del día falta tu oreja de mármol para escucharme. Estatua de liquen, las enredaderas te tienen adherida al postigo de mis almas. Las guitarras rompen sus cuerdas, el ocaso se esconde tras los montes, tu abandono me acompaña, mientras pienso que me faltas.

21

Todas las cosas fueron substancia incolora un arcabuz de animales gimiendo dormidos, en las sombras terrestres del mar abierto; cortado en los sepulcros sobre las fauces celestes de orión. Escondido detrás en la censura la sensualidad tuya vuelve, como gaviota a tierra, como humo al fuego hasta el vaho licuado en que duermo. Hoy vi el lago en que tu fuente, el agua y las piedras se unieron a mis sauces de olvido. Han crecido por milenios que hasta piensan y trabajan, duermen y cantan. Amando en secreto sin piel de indiferencia me desnudo ante ti para decir: Somos de otros y nos unimos con la ausencia. Estas estrellas caerán a tierra, las montañas se moverán silentes mientras ven mi descenso por la escalinata hundida bajo las olas; los remansos continuos de mil días sin tu voz en mi espalda. Aguijón de lejanía, que hiere, mas no de muerte; que hunde tu recuerdo, hasta donde nadie sepa de él. Que viene y se contonea en su ornamento curvo, para encontrar la fragilidad de mi tristeza. Es e...

20 POEMAS DE ALCOHOL Y UN CIGARRO EN EL CENICERO

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https://www.amazon.com/dp/B097N6JS11 LADRÓN DEL TIEMPO Descalzo por la casa ando, tropiezo con la ropa, las maletas y los zapatos. Somos los únicos muebles que van con tu aroma. Aún nos quedan las cartas, aún nos quedan los olvidos. ¿Quién robará aún estas horas? Veo desnuda la planta del pie derecho sucio del polvo de aquel perfume tuyo. Es una madrugada, de un mes impar, de un jueves. ¿Quién robara aún estas horas? Poco falta para ver el amanecer no con mis ojos, sino con los de otros. Ellos verán el camino en tu partir y antes que llegues, sabré que no vienes. ¿Quién robará aún estas horas? Es hora de dormir cuando el sol bosteza su luz; ir al suelo que tengo por cama cobijado por el frío y la lluvia en mi cuerpo de ladrón del tiempo. https://www.amazon.com/dp/B097N6JS11 ¿QUÉ FALTA? Qué falta en el cuadro,                ...