He tenido rincones secretos, cada uno poblado de ventanas. Junto a la panorámica se ha situado el escritorio. Pocas veces me encuentro en él, pero casi siempre hay un libro en él, fuego, y recuerdos prehistóricos de los que la ciencia estudia.
Se quebró la ventana y, de tarde, entre el humo y alondras, se alejaba el ocaso tras tu cabello, iniciando siluetas advirtiendo fo...
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