Sumergido en tiniebla oí
una voz sencilla y clara
cuál faro creado de velas
y mi senda hacía allá dirigí.
Bebí tempestad a mi paso
perdido, roto e insondable,
durante mayo hasta marzo
de un año nada agradable.
Solo de guía fue su luz
que Alá la tenga encendida,
y más de setenta vidas
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