25 de Junio
Cabellera de piedra,
lluvia horneada en las vainas de la tarde
qué fatiga y cómo faltas:
dos cuestiones de jaula
y un molino en el pecho:
Para restaurar las esfinges
hay que invocar constelaciones en esperanto.
Definitiva y precisa
como la noche
como lluvia de otoño
que viene detallada bajo el sol ausente
permanece con alas extendidas sobre recuerdos:
Un violín vino a despertarme
en el sueño mutuo de que volvías de tu exilio:
Manjar de sensaciones...
puesta de sol...
un incendio del alma
una pasión por deshojarte
despacio
a gotas
como pronunciar tu nombre,
así en mi mano cerrarte y sostenerte
hasta perpetuar al niño que canta
y trae tu risa en el rostro.
Durme, bella, duerme.
Mi descanso es el tuyo
mi cielo es tu libertad.
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