Sal de almíbar tiene su voz
que el viento escribe hacia el horizonte
y me escucha
me habla
los pensamientos.
Souvenirs de su piel férrica
coloreados en verde mate
cantan las diferencias
en el peso de una tecla
sostenida
por su mano.
Por la calle mezcla su melodía
hasta silenciar coches y transeúntes:
Vino a conocer la magia de su misterio
observándola como a un espejo:
Y su silencio es infinito
no hay distancia que la detenga
ni edades que la numeren.
Puede desaparecer multitudes
al igual que convocarlas:
Sal de almíbar:
habla con las manos.
... Le has dejado sin palabras
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