Es extraño hacer esto. Pero es preciso realizarlo. No sé de qué seas, cómo te formaste, si el perímetro que te rodea limita las moléculas que te componen, o es un dibujo que contrasta con mis sueños al despertar. Casi siempre apareces de noche, en silencio; y así te vas, tan de repente que no logro darme cuenta que estuviste conmigo.
Pero por poco pierdo lo que no ha iniciado, y casi entras al rincón que me espera...
Letra a letra, caracter por caracter, comentaste en un murmullo de río inquieto que la cartita se escribía una noche en que sanaste el dolor y le pusiste alegría al chocolate...
De todo lo que esperaba escribir, no recuerdo más que una cosa:
Sólo quiero decir que ya no te acerques a la puerta.
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