al viento
Anoche soñé que despertaba, y en mi despertar, dormía. El meditar me hiere en su quietud, en su eternidad, con el filo de la angustia. Sentado con tu sombra, voy construyendo un monumento antiguo arriba de las ondas sobre el agua, con esos recuerdos tuyos y míos. Tiene plumas coloradas, grises, y mil con mil miedos a soñar. Vestida de mí, tu sombra conversa con las aves. Dice que todas las cosas que valen la pena ver ocurren siempre en la oscuridad. Rebosa armonía y perfección su voz al hablar, se puede sentir el rumor de tu tarareo. Sentado con tu sombra, he leído en las estrellas diurnas que mi vida termina en el viaje a tu encuentro. El tabaco forma un boceto diluido en los ayeres, mientras una trompeta toca el sauce. Es el silencio lo que nos duele, cuando a callar nos habla. Camino mío, cúrame del día que te conocí, son tus hojas blancas la medicina de mi piel. Hay tantos cactos malignos sobre el calendario, que un desierto con dunas color osario, ofusca la huerta de tu río platea...