mas me inquieta saber tu perfume, la música
que ha de tararear el siglo que te olvide:
Georgina de miel y harina,
estoy a tiempo de cosecha y siembra,
fé y tiniebla en otoños sin esfinges.
Temo la sombra en que camine/
la dicha amazona en qué lugar me descifre.
Hay una duda pegada a tu cuerpo/
quiero responder que estoy indefenso/
pero
Georgina.
la luna y el sol me piden silencio.
Hoy, cómo cada naufragio
pienso en ti como huérfano
durmiendo en casa ajena
ciudad lejana
o cerca a la playa:
Nada de agua que inaugure montañas;
nada de oleajes sobre Durango:
Sigo envuelto en la niebla
y su manto de ausencia.
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