Entre tú y yo hay una distancia infinita.
Tú comprende las emociones, el llanto
la fatiga y el crepúsculo.
Yo construyo los andares de sombría espina,
de luto y carencia por las noches.
Entre nosotros no hubo nada
que no fuera la intención.
Ya las palabras adquirieron el color,
el aroma y las formas de la farsa,
y con ellas vuela la lluvia, el calendario
y cada firmamento testigo de lo sentido.
Iré a la sombra de la noche
para estar con los pasos no dados
al camino despoblado de recuerdos:
No me esperes, estaré ocupado.
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