Al llegar a casa tras la jornada laboral (mi primer trabajo de barista), recuerdo colocar un cd de Pedro Infante, y sobre todo ubico (no sé por qué) una rola precisa: El plebeyo. En mi memoria viene que, como solía levantarme la moral al cantar sus canciones, me procuré una colección amplia tan pronto pude- Sanganacio y los vecinos fueron testigos. Incluso aquella Navidad donde se reunieron los cazadores a olvidar, me pidieron cantar. Podría decir que él fue mi modelo a seguir durante la adolescencia. Aprendí muchas cosas en las películas y letras. Luego, tras abandonar la cueva y andar por al mundo, de vez en vez con Pipo, y amigos o sólo, en la Bala de plata o a pie, visitaba la caverna y al inquilino. Hablamos como los hombres hablan: en clave y sinceramente. Repartiendo las novedades, las meras novedades y los secretos. Claro, sin olvidar que de fondo estaba Pedrito. Desde Papalote hasta Verdolaga, Con el tiempo y un ganchito, poniendo en alto Cien años- hubo quienes me han...