Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2015

Lonsdaleite (cap II)

Imagen
Se destrozaba el mundo y el inconcluso seguía en su estado habitual. Abriste el gabinete sólo para hallar el encendedor y la cajetilla cerrada. La noche no deparaba mas que silencio y hambre, somnolencia y la sensación de ser un día feriado en que no sueles salir, pues bien, si no fuera por la conexión intermitente del wifi no hubieras encontrado el Frogstomp de Silverchair, con su Tomorrow que afianzó la determinación perdida veinte meses atrás, donde tantos kilómetros, cervezas, ovnis, sudores y polvo se desperdigaron en el camino. Luego vino Shade y el escenario cambiaba de emoción en todas tus latitudes. “ Don’t feel bad, you are not the only one ”. ¿Y qué? sumaste otro paso al medio maratón sin que la velocidad te importara, otro sonido en el oído, otra sonrisa en un buenos días, mas un pequeño temor a renovar el pozo que continua vacío. El 2eme REP te espera con el paracaídas y el lodo pegado a tu rostro, todo para lograr volver con sueño tras una jornada en el traba...

Hemingway, raíces

Imagen
Pasó una semana y no te das cuenta- en verdad no te das cuenta- que los minutos fueron uniéndose. Hubo un paseo, del alma, noche del alma, lluvia (cómo olvidarlo), noche, algo de kwoon al final y un poco de mugre; los mejores instantes, como los peores, se acompañan de suciedad. Cierto, pero, ¿qué importaba? Sabemos que no acabamos de escribir aún. Lo sé. Pero la compilación no corre por nuestra cuenta, esa vendrá luego. Como las estaciones. Y por desconocidas causas. Fonemas, silencios, vocablos, espacios, ausencias. Después, al mirar al lado en la mañana (medio día o de tarde), como toda batalla hubo bajas. Encendiste incienso al buda, le pusiste lámparas de aceite y flores. Mas la culminación te la agregué sutilmente: el archivo con Hemingway a destajo- esta sobriedad ameritaba un recuerdo de las antiguas hazañas, el rumor védico de que en verdad existió un mítico guerrero. La verdad no te creí. Claro, lo sé. Pero... ¿y luego?  Fue reencontrare con un amigo. La dicha me i...