MAÑANA SERÁ OTRO DÍA
-Se puede esperar a que regrese la luz- dijo el camarero. -Está bien, beberé un té frío. ¿Cuál me recomienda?- dijo el hombre. -El té de moras está muy bueno, también tenemos de durazno con flores silvestres, uno árabe de yerbas exóticas con leche, y el de la casa: La Frigoletta. -Deme el de moras. El camarero se retiró. Vestía una playera tipo polo color amarilla, sus brazos eran delgados pero fuertes, y su cabello estaba cubierto con una gorra; tenía la marca del café en ella. El cliente esperaba su bebida a la sombra de la fachada. Sentado en la entrada, en una de las tres mesas con manteles cafés y verde olivo, veía los edificios circundantes. Eran coloniales, la cantera regía en su arquitectura. Frente al café estaba la avenida principal, y los coches zumbaban lineales junto a los camiones de ruta. Podía observar el teatro principal de la ciudad, y también una manta con el programa de las funciones de ese mes. Algunas personas caminaban sin mirarlo, y las mujeres jóvenes contonear...