martes, 17 de noviembre de 2020

D11

 


 

Arrastrándose por las escaleras fueron

embriaguez y sombra

unidas a terrenos distantes.

De un peñasco surgía el abismo

y en lo profundo habló el acantilado:

Habrá insomnios en las entrañas de la tierra

mientras tú desentrañas los misterios del mundo.

Par en par la cancela de la habitación dejaba

entrar en mi hogar el palíndromo somos

sin que nadie como ella moviera los labios,

sin que yo develara tono en el silencio

pues en el trueno hablaron los muertos

al panteón de dioses cariñosos:

ahora pido una abrazo como se pide una oración:

Escúchame en tu oleaje

Mar y Niebla, escucha lo que ansío:

de toda el agua y el aire

sigo sumergido sin querer desbordarte.

Cabellos de ocaso

  Se quebró la ventana y, de tarde, entre el humo y alondras, se alejaba el ocaso tras tu cabello, iniciando siluetas advirtiendo fo...