miércoles, 1 de junio de 2016

DBC



Esta tarde
el sabor de los recuerdos perdidos y encontrados de nuevo
atravesó la luz sobre las paredes
sin tropiezo, premura ni conciencia
sin temor pero firme en su embriaguez
y al llegar a mi diestra
                              nos saludamos
reverencialmente
                                    me extendía su mano:

La besé.

Cabellos de ocaso

  Se quebró la ventana y, de tarde, entre el humo y alondras, se alejaba el ocaso tras tu cabello, iniciando siluetas advirtiendo fo...