MOVER UNA ESTRELLA

-Descansa. Hizo un movimiento reflejo que más tarde pausó. -Mejor mañana. Es que… -No te preocupes. -¿No tienes sueño?- él negó-. ¿Seguro? -Te dejaré dormir. Voy afuera a terminarme el vino. Mediante un sonido gutural la mujer, recostada y semidesnuda, accedía sin recelo. Tomando la copa y rellenándola hasta el borde al interior de la habitación, apagó el televisor para silenciar a Miles Davies, llevó sus determinaciones hacia la corriente lenta de viento del exterior, caminando lo menos ruidoso que pudiera lograr con las plantas desnudas a través de un corredor con piso de madera. Atrás, sólo la pequeña lámpara verde de lava permanecía como vestigio de la velada; media botella de malbec, un tazón de avena, dos cucharadas de gelatina blanca y roja mas tres bocados de ensalada de pollo para ella. Él prefería evadir cualquier alimento al beber. Pero, la verdad es que permitió que ella colocara una galleta salada en su boca; ese gesto siempre lo había hec...