El ateo errante

Siendo los tres últimos minutos de el 29 de Noviembre 2013, oígo, escucho, transito en los movimientos finales en la Segunda de Mahler, Resurrección, Su arrojo, heroísmo, violencia, solemnidad, armonizan a la noche que recordaré estando despidiéndome de mi ciudad, un hasta pronto, Nos vemos, como lo hice con un amigo a medio día que va de Alaska a Argentina en su moto. Hablamos de varias cosas, y me dijo que vivo mi libro favorito, iré con rebeldes, a luchar a su lado, como en Por quién doblan las campanas. Las cinco iglesias visibles desde este punto irán en mi memoria, la mejor fotografía que la falta de cámara me permite. Me doy cuenta que sembré varias semillas que germinan, crecen, se yerguen. Bien, muy bien, tengo trabajo por delante. Sin duda hoy, al abrir los ojos durante el quinto movimiento en esa sinfonía, vi moverse mi estrella, la vi, y como lo dije desde mi adolescencia: Cuando haga algo grande mi estrella cambiará de sitio. Olvido, renuncia, c...