-Enciende el tocadiscos del estéreo y apaga la luz, André; es magia. -¿De qué hablas?- tomando el disco negro que le extendía el otro hombre. -Hay cosas que deben permanecer en su estado original. -Está bien, papá. Segundos más tarde, giraba a dos metros de distancia del cuarto de estar el disco de vinil After the rain ; Muddy Waters inició con lentos tonos a esparcir sus efectos. Salvo una lámpara de piso encendida en la habitación principal, que iluminaba tenue desde su posición, sólo los cigarrillos en las manos de los dos hombres agrietaron la oscuridad. Se habían acomodado en los sillones de tapiz roto. Frente a ellos, en un televisor usado como mesa, colocaron las botellas de cerveza que abrieron un instante atrás. Existían pocos muebles para que el lugar fuera nombrado como casa, sin contar las cajas de archivos y los artículos de oficina y taller. Motores desarmados se atrincheraban tras un refrigerador, cajas de herramienta había sobre la tarja, y cables enrollad...