jueves, 4 de noviembre de 2010

MUCHACHA

MUPA

Por sobre las nubes cuelga un beso
de tu boca dulce y enamorada.
Mi lengua pide un poco de rocío, de lluvia;
pide toda la miel desde tu boca.
Eran la carne, tu voz y tu aroma
un susurro reunido en mi oído.
Así como el vuelo de las golondrinas
vino en otoño la noticia de tu vida.

Mariela del mar y de niebla;
mi corazón marchito anida en tu cama.
Puedo irme o ser contigo
las cuatro estaciones que me quedan de espíritu.

Tú, sentada junto al lago
cubrías los pies con mi manto de agua,
sentías el rumor inquieto de mi palpitar
por estar cerca de lo que amo.

Los días y las noches me han visto
buscar en las piedras, en el río, en la calle
una señal de tus pasos perdidos.
Fugitivo del tiempo
las cadenas de la distancia me impiden
liberar el salvaje canto de mi melodía.

A media noche despierto;
carece mi lecho de tu cuerpo,
van mis pesadillas en pos de ti
y tú olvidas que aguardo por verte.


II

Fue este insomnio a diluirte, a besarte
a continuar bebiendo los minutos sin tenerte.

Cada minuto sin filo se hunde, me hiere;
es inútil pretender que no duele.


Creí ver que de madrugada apareciste;
y pensé en mi sueño delgado y triste.


Mar y Niebla y Niño de Viento en el Viento del Sur
III

He tropezado con tu ausencia,
Mariela de violetas y tierra.
Me dijo lo que ya sabía:
El mañana nunca llega.

Se conflagra tu recuerdo
sobre las llamas del pasado.
No es dolor sino algo más insano
continuar en ti pensando.

¡Hay, vida, porqué existe la distancia!

Acaba con el dolor, conmigo;
termina el mar del castigo,
de vivir doce meses sin mi abrigo.

IV

Hoy, como siempre
-el siempre de los días contados
que no cuentan sino los aislados-
se rasgó la noche en mi vientre,
en mi oído, en mi muñeca;
y aún así no vino a mí la muerte.

Pedí un trago tras un tango,
pues ni carta o mensaje con tu nombre
quiere hoy venir a decirme
con quién duermes si no es conmigo.
Sólo veo cómo me llama
un conocido e inerte amigo.

Hoy, como siempre
-del siempre que contamos los mismos-
han llorado mis lágrimas
del flujo constante de extrañarte







V

En tu roce va tatuada mi memoria
con el luto de quien ama y no tiene,
no halla, ni encuentra
la persona que ama.
Diré que cada paso conoce mis pies,
y que la senda se dirige contigo.

En mi interior, a media luz
Mariela dice adiós
con la mano sobre el hombro.
Y como huérfano que va con su madre,
abro los ojos para ver que no estás.
Era tu nombre, y yo,
en mi interior plenamente oscurecido,
decía tu nombre: Mariela.



VI

Mi ala rota se alberga sufriendo
entre la bandada de los campos floridos,
los juramentos, las aguas quietas de tu perfume.
Conservo el vuelo de antaño
donde no olvidé recordarte.
A consolarme viene la aflicción,
las amigas, las estrellas,
y sobre todo la luna en mi ventana.

Si he comido será sin apetito,
pues se me antoja lo más exquisito;
eso que las personas llaman:
Amar correspondido.


VII

En las noticias dijeron
que subió el precio de los cigarros,
el índice de crímenes,
las tasas de nacimiento,
el valor de la gasolina.
Unos se contentaron,
pero yo entristecí.
Porque nadie comentó
que aumentó mi dolor,
mi angustia, mi extrañarte;
que ya es común el llorar,
beber solo, dormir aún más solo
y no besarte con pasión.



VIII

No digas nada, tu silencio dice todo.
Es en esto nuestro diálogo
cuando duermes, cuando trabajo
y las veces que pido mi medicina.

Sé que dices que eres mía
plena, sentimental y niña,
con el Hijo del Viento entre tus brazos.

Una carta a medio día
puede anunciar mis espasmos,
los sueños embalsamados
y cada luna sobre el cielo.
No importa mi humor,
sino la herida de tu nombre cierta.

No sé porqué entristezco de pronto,
y algo que no tengo se va.
He perdido la ruta que me dejó solo
esta noche en que mi alma me llama.
Se han secado mis lágrimas perdidas
cuando puedes colocar el sol en el cielo.

Me he preocupado cuando espero
las plegarias que me permitan avanzar sin lo que tengo.
Ausentes, sigue levitando la palabra absurda
de que pronto nos veremos.

IX

Qué palabra describe
bailar entre estrellas,
acercarse al cielo,
estar en un funeral,
llamar por teléfono,
abrazar el viento,
un despertar tibio,
fingir sonreír,
sentarse en el suelo,
respirar sin ganas,
soñar con todas
y no estar presente.

Para responder
estoy colmado
de lo que carezco.
Pues si existe
esa palabra,
en lengua muerta
se pronunciará.





X

Adagio refinado es tu canto
con mi amuleto encerrado en el pecho,
y relajo el cuerpo rendido
otra ocasión en tus caricias ausentes.
Flor del Himalaya
petrificada en su belleza mortal,
me mata saberte una vez lejana.

He dado a los amores
los pensamientos más tontos.
Mas tú trajiste lo que quiero retener,
pensar, habitar mi alma solitaria.

Un hombre como yo vende lo que no tiene
por tener lo que busca de madrugada;
el instante efímero del mañana.




XI

Tan lejos como tú,
está lo aprendido los años en ciclos
que han espantado el cansancio.
Sabes lo divertido que es morir
cuando las cosas no pueden empeorar.

Tan lejos como tú,
un amigo quiere conversar conmigo,
y yo, no hallo el reflejo en el espejo.

Es fácil mezclarse con lo inútil,
como es sencillo decir que te amo
y amarte con la altura de un árbol
que a sí mismo no puede defenderse.

Pienso en lo que deseo ser y vivir,
porque tan lejos como tú,
la imponente sombra del recuerdo llega.
Mariela blanca, bella y yerma,
cuáles son las intenciones que nos atan.
Ando distante cuánto te necesito
que puedo no pensar que estoy loco.

Luego de los miles de obstáculos literales, los años, las baterías sin carga, el tráfico y las peleas, llegando a la orilla del mar


XII

Semilla del camino germina
al lado del camino;
crece entre amantes aislados
que buscan perpetuar su soledad.
Amante de tu fulgor,
Mariela, debo encender hoy el ahora.
Si amarte fuera morir,
moriría los días de luto sin quejas.
En tu corazón lleno de vida
nacerá de nuevo mi alma
y será suficiente vida para mí.

Extracto Mar y Niebla

  Por entre las nubes vaga un beso de tu boca dulce y enamorada. Mi lengua pide un poco de rocío, de lluvia; pide toda la miel desde t...